26/01/2023 – El sector de la construcción representa un importante eslabón en la cadena económica de los piases de América Latina, ya que es una fuente importante de empleo y contribuye significativamente al PIB de varios países, entre otros muchos motivos. 

En el caso de Colombia, el sector tiene sus particularidades, como lo es la gran concentración de unidades habitacionales por parte de pocas empresas: el 2% de las constructoras concentran el 60% de las ventas. Además, en Colombia el 70% de lo que se construye son viviendas de interés social.

El 5° episodio del programa «Construyendo calidad de vida: diálogo de desarrolladores», que se emite en vivo de manera mensual, estuvo centrado en los «Retos y desafíos para el sector constructor de Colombia 2023». En esta edición, participaron Alejandro Callejas Aristazábal, Gerente de CAMACOL Bogotá y Cundinamarca; Juan Pablo Moreno, Gerente Digital del Grupo Estrenar Vivienda y Laura Molina Monroy, Gerente de productos y clientes en #tga.

«El 2021 fue el mejor año de la historia de la construcción en Colombia y el viento de cola todavía es positivo» 

«En la última década este sector ha tenido un comportamiento gradual hacia la mejoría. Particularmente el 2021 fue un año históricamente alto en prácticamente todos los indicadores que medimos: lanzamientos de proyectos, ventas de proyectos, iniciaciones de proyectos y oferta fija»   comentó el Gerente de CAMACOL B&C.

«Las cifras del 2022 también fueron muy buenas, sobre todo en iniciaciones. Las ventas y lanzamientos bajaron un poquito. Pero es una bajada mínima (del 6%) frente al mejor año de la historia de la construcción en nuestra región, lo que nos da un aire para entender que el viento de cola todavía es positivo y hay mucho por construir» explicó Alejandro Callejas A.

Por su parte, Juan Pablo Moreno de Estrenar Vivienda adhirió a esta perspectiva y agregó que «dentro de las cifras negativas que se puedan prever para el 2023 hay que entender que estamos simplemente terminando un ciclo históricamente muy positivo, y si nos comparamos con años como el 2019 incluso estamos creciendo». Y aclaró que «cuando se hacen comparaciones versus un año muy bueno, las cifras tienen un sinsabor porque realmente la industria se sigue moviendo».

Frente al 2023, Alejandro Callejas de CAMACOL B&C dijo que estiman «será un poco más difícil del 2022».

«Nosotros tenemos un optimismo prudente que dice entendiendo que los ciclos económicos que están a la baja y entendiendo todo lo que pasa en el sector (tasas de interés, costos de subsidios, etc) se mantendrían los números de los últimos 3 años que son muy grandes», comentó el gerente de la Cámara Colombiana de la Construcción de Colombia en Bogotá y Cundinamarca. De igual modo, alertó sobre la importancia de generar buenos suelos nutridos de servicios públicos, en trabajo conjunto con los gobiernos locales y regionales, que permitan seguir construyendo.

 

El déficit habitacional de Colombia es «grandísimo y sigue en aumento»

«Tenemos un déficit habitacional que lo dividimos en dos: cuantitativo y cualitativo. El cuantitativo de vivienda es cuántas familias están hacinada y no tienen vivienda. Solo en Bogotá son 100 mil familias y ese déficit sube» comentó Alejandro Callejas. Además explicó que en el mejor año de construcción se alcanzaron 50 mil unidades habitacionales, sin embargo se crean 65 mil nuevos hogares todos los años.

«Y hay otro déficit que es impresionante que es el cualitativo, que son familias que tienen donde vivir pero no tienen condiciones mínimas para vivir en dignidad y en Bogotá está en alrededor de 250 mil o 300 mil hogares y que va creciendo todos los días. Ahí tenemos un gran reto», explicó.

Por su parte, Juan Pablo Moreno indicó que según los índices que manejan en Grupo Estrenar Vivienda, «estamos un 15% en caída» con respecto al 2021. A la vez alertó sobre un punto fundamental: la gran demanda insatisfecha.

«Cuando uno comienza a ver el proceso de búsqueda entiende que hay demanda, que la demanda existe pero que hay condiciones en el mercado que hacen que esa demanda no se pueda materializar. Hemos estimado que el año pasado 470 mil personas estuvieron cotizando vivienda, y se vendieron aproximadamente 225 mil viviendas. Hay una demanda insatisfecha de casi el 50%. Hay que empezar a analizar desde el punto de vista del consumidor el por qué no se materializa esa demanda» comentó.

Por su parte, Laura Molina comentó que un importante desafío para el 2023 en relación a esta demanda insatisfecha es también encontrar vendedores profesionales en la venta de vivienda. Allí explicó que según estudios realizados por #tga sobre el consumidor inmobiliario, la dificultad que más tienen los consumidores es que no entienden el negocio financiero que conlleva la compra de la vivienda. «Comprar una vivienda no es igual que comprar cualquier otro bien porque conlleva cuestiones legales, administrativas y financieras. Es ahí cuando el cliente llega a la sala de venta y se encuentra con ejecutivos de ventas que no están lo suficientemente capacitados para resolver todas estas dudas, y más en un entorno cambiante».

Otro de los desafíos, según la perspectiva de Laura Molina, es en el segmento inversionista que frente al aumento de la incertidumbre las exigencias se vuelven mayores para ellos. «Cuando las condiciones del mercado se ponen con un gran entorno de incertidumbre el inversionista está viendo dónde apuntar e invertir. Dentro de los parámetros normales de decisión para la inversión está el precio, la ubicación y la rentabilidad. Pero, en este contexto, empieza el tema de dónde poner la inversión, y preguntarse si está marca responderá al largo plazo o no, o cuánta sostenibilidad tengo en ese lugar».

 

 

Sobre el autor

Márketing y Comunicaciones en #tga

Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Católica de Santiago del Estero (Argentina), especialista en márketing.